En la actualidad, la ballena franca austral, constituye el primer monumento natural de la Argentina, por ley 23.094 del año 1984. También lo es en el Estado de Santa Catarina (Brasil), según decreto 171 del año 1995.
Uno de los aspectos definitorios para diferenciar a la ballena franca entre los grandes cetáceos es la ausencia de aleta dorsal. El cuerpo es extremadamente voluminoso y el dorso notablemente ancho y redondeado.
Las gaviotas picotean a las ballenas francas, para alimentarse directamente de su piel y grasa. Durante la década el 80 no se observaban estos ataques en aguas del Golfo Nuevo, pero a partir de la década del 90 resultaron frecuentes en ambos golfos y actualmente casi el 80% de las ballenas muestran cicatrices producidas por los ataques de las gaviotas. Estas acciones, incluso, han provocado cambios en el comportamiento de las ballenas, que tratan de permanecer menos tiempo en superficie y evitan exponer la parte superior de sus dorsos.
Esta información fue extraída del libro "Mamíferos acuáticos de Sudamérica y Antártida" de Vazquez Mazzini Editores.
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